Los Afghan Whigs pertenecen a esa
clase de bandas que situaba en mi Olimpo particular, especialmente porque
llevaban doce años en barbecho y estaba convencido de que nunca iba a verles
sobre las tablas. Es de esos grupos que uno consideraba que pertenecían al
pasado, y éste no iba a volver. En los últimos años me he llevado, sin embargo,
muchas sorpresas sobre este particular. Si me lo hubieran preguntado hace tres
lustros, jamás hubiera creído que presenciaría conciertos de Kiss con
maquillaje, de Iggy & The Stooges, de Redd Kross, de The Police o de los
que nos ocupan, The Afghan Whigs.
Conocí a los Afghan Whigs en mi
época más fanática de Popular 1, cuando lo que leía en esa revista resultaba
ser poco menos que las Sagradas Escrituras. Eran una banda, además, de la que
casi sólo se hablaba en esas páginas. Eran un grupo fetiche para la
publicación. Por aquél entonces sacaron su último disco al mercado, y lo
recuerdo como si fuera ayer, volver de la tienda aquella tarde con dos CD’s en
la bolsita, “1965” de los Whigs y “100% Colombian” de los Fun Lovin’ Criminals.
Pero los Afghan Whigs eran
diferentes. Los Criminals habían tenido un hit clarísimo que había pegado
fuerte en las listas, y tenían su popularidad, que aumentaría con ese portento
de disco que es “100% Colombian”. Los Afghan Whigs eran una suerte de
desconocidos, por lo menos a nivel popular, por lo menos en la Celtiberia.
Durante un tiempo se anunció una fecha de concierto, sería por mayo de 1999, en
la desaparecida Sala Garatge. Sí, os juro que recuerdo haber visto eso, en
aquellos folletos con listas de conciertos que se repartían en algunas tiendas
de discos. Por supuesto, esa actuación nunca se llevaría a cabo, y muy poco
después, Afghan Whigs confirmarían su separación.
El concierto de Barcelona entero
Y aunque ya tenía “Black Love”,
muy pronto “1965” se convirtió en mi disco favorito de los Whigs. Tenía
guitarras, tenía soul, tenía momentos festivos, tenía esa intensidad que si uno
no se mete a fondo en la canción, puede parecer casi impostada y algo ridícula.
Más tarde escuché “Gentlemen”, pero siempre estuvo en un estrato, para mi
gusto, inferior a “1966” y a “Black Love”.
Y bien, tantos años más tarde,
sin, desde luego, esperármelo, resulta que Greg Dulli reúne a la banda y por si
fuera poco, anuncian fecha en el marco del Primavera Sound. Evidentemente no
iba a dejar escapar esa ocasión, si bien lo he reiterado varias veces: no me
gustan los festivales. Pero es lo que hay, cosas del rock n’ roll de hoy en
día.
Y ya lo sabía, que iban a tocar
una hora justa. Aún así, cuando Dulli dio por finalizado el show, escenifiqué
lo que se conoce por “quedarse con cara de tonto”. Por supuesto que había
disfrutado de muchos momentos del concierto. La banda estaba muy sólida, y Greg
Dulli ejercía con maestría de estrella de la función. ¿Qué falló? ¿El
repertorio? En parte sí, a verdaderas joyas se le sumaban temas que yo
considero claramente prescindibles. Y luego mi ansiedad… esto se acaba y no han
tocado aún “Faded”… ni “John The Baptist”… ni “Something Hot”…
Y cuando acabó, tras mi momento
de quedarme estupefacto, la siguiente reacción fue de cabreo. No era culpa de
los Afghan Whigs. Tampoco era culpa del festival, en ningún caso dejaron de
cumplir lo establecido, un hora y listos. ¿El repertorio? Cada uno elegiría el
suyo. Fue una actitud algo infantil, de un niño que se enfada porque las cosas
no son como él quiere que sean. Pero fue así.
Al día siguiente, por la tarde,
me puse a recordar el concierto. Y revisé las imágenes que están colgadas en
Youtube (si buscáis, podéis ver el concierto entero en calidad profesional). Y
bueno, me alegré de haber estado allí. Me reconcilié con Greg Dulli y los
suyos. ¿Podía haber sido mejor, más emotivo, más bonito? Yo creo firmemente que
sí. Pero que me quiten lo bailao.
PD: Después me pasé a ver a
Mudhoney un rato, y sorprendentemente, pues se trata de un grupo que apenas
conozco, me dieron muy buenas sensaciones. Me recordó lo mucho que me gustaba
el llamado “rock alternativo” de los 90’s. Y no me vengáis con eso de las
“etiquetas” y blablablá… de algún modo hay que llamarlo. Me encantó vivir el
momentazo “Touch Me, I’m Sick”
Canciones:
The Rentals: "Friends Of P"
The Black Crowes: "Welcome to the good times"
Jack White: "Sixteen Saltines"