martes, 23 de noviembre de 2010

Bailando salsa

Los amigos pueden llegar a ser, verdaderamente, más peligrosos que muchos enemigos, especialmente aquellos que dan consejos. Consejos, dardos envenenados que se lanzan a discreción sin reparar en las consecuencias. Los peores son aquellos referidos a las relaciones para con el sexo opuesto... pavor! Yo una vez, no hace mucho, recibí un consejo envenenado de estos... me dijeron "apúntate a bailar salsa: está lleno de tías". Por suerte, todavía me queda dignidad, y rehusé la oferta sin cortesía alguna, que para algo era amigo y a los amigos, ya se sabe, hay confianza como para enviarlos a tomar pol culo. Creo que en alguna ocasión ya lo he comentado, odio la salsa, ese baile y esa música. La música "latina", así, en general. Salsa, bachata, merengue, vallenato, y permítanme incluir en el listado la rumba y el flamenquito. Salvaría la lambada, porque amigos, uno tiene esa edad en la que siendo un infante impresionable, la lambada llegó a las teles y radios de este país nuestro tan estupendo, y claro, cosas así, no se olvidan fácilmente. Pero en general, esas músicas importadas de América Latina, con esas secciones de viento y esos "mami afloja la cadera", me ponen violento como un Patrick Bateman cualquiera.Prejuicios, lo sé, los tengo todos.

Pero volviendo a mi amigo y a sus consejos, la realidad es que la curiosidad me picaba, y le preguntaba a mi amigo por las clases. "Hay un montón de tías buenas", me decía, y acto seguido abría su Facebook para mostrarme la cantidad de mujeres de buen ver que acudían a ese curso. Y pardiez, era cierto. Muchas mozas de buen ver (y mejor palpar). Sin embargo, la realidad es cruda, de una crudeza que pocos, para su suerte, pueden realmente notar. Las chicas que van a clases de salsa suelen ir a bailar, que es lo que buscan. Los tíos no,. Los hombres que van a clases de salsa, van a intentar follar. Ese es un axioma cierto y fácilmente demostrable. Mi amigo, por supuesto, no era una excepción. En general, un tipo se apunta a salsa porque lo ve como un filón de contactos con el sexo contrario, o bien porque su mujer le obliga. Pero queridos, hay otra verdad irrefutable, y es que una mujer no se dejará impresionar por un patán por más compañero de salsa que sea. Eso, claro, se podía aplicar a mi amigo, a sus clases de salsa, y a sus docenas de contactos de Facebook.


Salsa!!

En su "clase" incluso se organizaban salidas nocturnas a locales salseros para practicar todo lo aprendido, a las que mi amigo acudía, ufano, con devoción. ¿Resultado? Mucho baile y nada más. O como dirían en mi barrio, mucho lirili y poco lerele. Y alguna vez, cuando salimos a alguna discoteca, el chaval intenta marcarse algún paso de esos rídículos, y sí, alguna chavalita le hace gracia y le sigue. Luego, como viene, se va... con otro más guapo, más interesante, más molón, más rico... qué se yo. Se va y punto.

Moraleja... nada de salsa. Por su bien. Por su dignidad. Para ligar, mejor vayan a la puerta de un cole y hagan ver que esperan a su hijo pequeño... eso enternece mucho a las madres. Hablen de lo difícil que es cuidar solos del pequeño, pero, aisss, qué gratificante resulta. El problema es cuando esperan, esperan y el niño no sale nunca (básicamente porque no tienen ningún hijo) pero esa es una circunstancia que ya afrontarán a su debido tiempo. Y dejense de bailecitos ridículos, por dios.

Canciones:

Curtis Mayfield: "(Don't worry) If there's a hell below. We're all going to go"
Plastic Bertrand: "Ça plane pour moi"
Cinderella: "Shake me"

martes, 9 de noviembre de 2010

Fuckin' cold Utrecht

Caminando por Utrecht
No pasaré a comentar las lamentables circunstancias que me han llevado a Breda, ciudad famosa por su rendición pintada por Velázquez, y hoy a Utrecht.


La noche estaba fría


Esta tarde he salido a dar un paseo por la ciudad. Hace bastante frío, unos 3 o 4 grados, lo que para mí es un frío del carajo.
San Nicolás, por lo visto, tenía a un negro. El toque de exotismo necesario en cada leyenda navideña, supongo.

Ya es navidad en Utrecht
Cuando paseo por una ciudad, por alguna estúpida razón, me gusta escuchar “Everybody’s talkin’” de Harry Nilsson. Llamadme clásico.

Esto es gótico y no lo de Robert Smith

Utrecht es una ciudad bastante bonita, con ese rollo holandés tan bucólico de canales y aires decimonónicos. Las bicicletas, la caída de hojas otoñal y las luces de navidad ya instaladas hacen el resto.

Canales y bicicletas

No me quería perder

Las holandesas son bastante guapas, tan rubias ellas.
Acabo engullendo la cena en un McDonald’s, tenía antojo. Cenar a las seis y media se puede considerar cenar?
Hoy me apeteció tomar unas cuantas fotos.


Canciones:
Loquillo y Trogloditas: "En las calles de Madrid"
The Replacements: "Nightclub Jitters"
Kings Of Leon: "Use somebody"

viernes, 5 de noviembre de 2010

Jitazos Fugaces. Hoy ... The Wannadies

Me llena de orgullo y satisfacción el retomar ésta, una de las secciones más entrañables que se han perpetrado jamás en NDK. Me refiero, claro, a los Jitazos Fugaces. Por si alguien aterriza por vez primera en estas líneas y no sabe de qué se trata esto de los Jitazos Fugaces, puede hacer clic aquí. Si a alguien le suena pero no lo acaba de recordar, puede hacer clic aquí. Si a alguien... bueno, paro ya...

Y sin más dilación, vayamos a aquello que centra nuestra atención hoy. Veamos, por este mundo de los Jitazos Fugaces a menudo hay mucha cutrez. Mucha caspa. Mucha gracieta. Lo que los modernos llamarían kistch (siempre he deseado usar esta palabra). En realidad, hay mucha cancioncilla de esas que cuando esa chica tan guapa te coge el iPod, de repente, en plan “a ver qué escuchas” y ves en la pantallita el fatídico título, te da por enrojecer y desear tener un agujero en el que meterte. Sin embargo, los Jitazos Fugaces no son necesariamente malas canciones. Y este “You and Me Song” puede ser una muestra.

Ok, reconozco que yo mismo escucho este corte y luego necesito unos días de desintoxicación: demasiado azúcar en una pieza de dos minutos y medio. Ya el propio título da que pensar que no se trataría de un single de Slayer. Y sin embargo, la realidad es que, si uno no es diabético, puede disfrutar fácilmente de esta píldora pop. Pop en una estructura sencillísima, con un estribillo que es casi lo único de la canción, pero damas y caballeros, qué estribillo. De acuerdo que la letra es de lo más estúpido y baboso. Esa es también una ventaja de no ser angloparlante nativo: no resulta difícil desentenderse de letras bobaliconas y centrarse en la música, como si lo que recita el cantante no fuera sino parte de la instrumentación.

Se trata de una canción de una banda sueca llamada The Wannadies, quienes, y como suele ocurrir en estos casos, efectivamente, tienen una carrera anterior (iniciada en 1988!!) y posterior a su Jitazo Fugaz, y según Wikipedia, han grabado la friolera de 7 álbumes. Sin embargo, poca relevancia más tuvieron, aunque no deja de ser gracioso cómo en una época de chovinismo musical tan extremo como fue el pop inglés en los 90’s, una banda sueca se colara con cierta fuerza entre sus charts. Al final, la cosa se quedó en una moderada relevancia en el Reino Unido y también en la Suecia natal de los dichosos Wannadies.

Para el resto del mundo, la fama de este “You and Me Song” llegó por estar incluida en la banda sonora de la película “Romeo + Juliet”, de un Baz Luhrmann antes de hacerse famoso con “Moulin Rouge”. La película era bastante más interesante de lo que pudiera parecer a priori, con un tratamiento gráfico curioso, dando una vuelta de tuerca a la sobadísima historia de los amantes de Verona, y una banda sonora maja que contaba también con temas de Radiohead, Butthole Surfers o Cardigans.

Al final, ocurrió lo de siempre... seguro que muchos escucharéis esta canción y os sonará, pero seréis incapaces de citar la banda en cuestión. Pues para eso está vuestro amigo Kar. Pero lo siento, debo daros una mala noticia, se separaron en 2009. Ahhh, todos los buenos se acaban yendo. Ubi sunt?

domingo, 31 de octubre de 2010

Kar y el Twitter

Era una situación que tarde o temprano sabía que me iba a pasar. Y es que soy un tipo impresionable y mitómano, qué le voy a hacer. Y si David Bowie dice que el Twitter es lo más, quién soy yo para no rendirme al Duque Blanco? Al final, estaba claro, he acabado por abrime una cuenta de Twitter, o como quiera que se llame el proceso de tener un Twitter de esos. @carloskarmolina , por si alguien quiere ser mi amiguito virtual. Seré como un Tamagotchi, y mientras no me des de comer más tarde de las doce, todo irá bien. Eso de "seguidor" me parece demasiado. Qué daño hacen algunas traducciones, con las palabras tan bonitas que nos enseña Internet, que ya lo decía Enjuto Mojamuto: twitter-follower-twitter-follower-twitter-follower

De momento llevo unos días, y la decepción número uno es que no me siento más "cool". Así que no sé cuánto me durará el asunto. Por ahora, todavía me hace gracia la combinación smartphone+red social. De repente, me aburro, cojo el móvil y escribo "me aburro". Para que todo el ciberespacio sepa que me aburro. He llegado a estar mirando internet con el teléfono desde el wáter, supongo que en una evolución (tecno)lógica de la clásica revista dominical del periódico, cuyo final más habitual es un revistero de un labavo. El día que escriba un tweet que diga "Estoy cagando. Qué a gusto me estoy quedando" os doy todo mi permiso para borrarme de vuestro Twitter, de vuestro Internet y de vuestra vida.

Canciones:

Curtis Mayfield: "Move on up"
The Dirtbombs: "Livin' in the city"
Diego Vasallo y El Cabaret Pop: "Polaroids"

sábado, 30 de octubre de 2010

Guns n' Roses y los conciertos

Aunque hayan pasado unos días, no me olvido del concierto de Guns n’ Roses de la semana pasada. Pero sí quisiera matizar una serie de cuestiones que expuse en la entrada anterior. Y es que reconozco que quizás daba la impresión de tener una posición algo beligerante. Será esa fase zen por la que estoy pasando, que me lleva a querer matizar. Por lo que a mí respecta, un concierto es como una fiesta. Para un fan, me refiero. De modo que se trata de pasarlo bien, ya sea cantando, bailando, saltando o bebiendo. Con ello quiero decir que tengamos claro que no me importa si los tipos de enfrente saltan enloquecidos por el furor de un tema y en esas, recibo algún que otro empujón. Igual soy yo el que otro día saltaré. Y lo entiendo como parte de la, digamos, liturgia.

Lo de la gente que se da paseos por la pista en busca de bebida, tratando de colarse por el mínimo espacio entre mi persona y quien tengo delante, eso ya me cabrea más, la verdad. Como también me cabrea la gente que en una discoteca pretende pasar y para ello te pone el brazo encima, como para apartarte... ¿de verdad es necesario que me toquen o me froten su lomo sudoroso? Lo mismo va por aquellos que van a un concierto y pasan absolutamente de la banda para dedicarse a estar de charleta. Eso es más irritante en una sala pequeña. Y uno se pregunta si de verdad han pagado una entrada para hacer lo que podrían hacer en un bar, más cómodamente y a un precio más barato. Pueden ser invitados, claro, esa clase de subraza humana que, no se sabe cómo, reciben un pase gratuíto. Son situaciones extrañas. El sábado, en Badalona, delante mío pasaron por taquilla dos chavalitas que recogían invitaciones. Eran dos niñas de ventitantos, supermonísimas de la muerte, arregladitas como para darlo todo en el Luz de Gas, pero, y permitidme le más ruín de los prejuicios, no parecían tener "Rocket Queen" como canción favorita de la historia. Quién o qué les hizo llegar esos pases gratis, es algo que desconozco. Claro que también me hubiera encantado ver el público que se reunió en el Club Soma de Barcelona, donde, por lo que parece ser, los Guns n' Roses hicieron un show privado después del concierto abierto para los mortales. Curiosidad, ya sabéis.

Chis Cornell antes de cantar para James Bond

Volviendo al tema de los conciertos, he ido a muchos en mi vida. Algunos por pura devoción de fan, otros, simplemente, a probar a ver qué tal. Pero por lo general me los suelo tomar como una experiencia especial, no siempre se puede disfrutar de tener a Keith Richards a unos metros de tus ojos. Por eso, aunque tomarse un par de copichuelas para caldear el ambiente está bien, especialmente en según qué conciertos, nunca me emborracho en ellos. Será que todavía me queda esa actitud de ocasión excepcional la de tener a ciertos músicos sobre las tablas (aunque hoy en día la cosa ha mejorado mucho, hace unos años jamás hubiera apostado que vería a Kiss por 2 ocasiones), será ese precio bordeando el ridículo que tienen las entradas (hoy estaba buscando entradas para Jamie Cullum en Barcelona y la más barata costaba 75€... me gusta Cullum pero no tanto) pero intento estar, si he bebido, con un grado de alcohol que me permita enterarme y disfrutar del concierto. Ojo, no digo que ciertos conciertos, con una tasa alcohólica considerable, no puedan ser muy disfrutables. Pero yo lo prefiero así. Recuerdo a un conocido que fue al único concierto que Soundgarden han hecho en Barcelona, gira de "Down On The Upside", sería 1996 o algo así. El grupo de amigos quedaron antes y se pusieron tibios, el tipo aquél, particularmente, le dió al alpiste cosa fina. Y tanto es así que cuando Cornell, Cameron, Thayil y Sheperd salieron a escena, apenas se tenía en pie, y se pasó medio concierto dormido, y puso la guinda al pastel meándose en los pantalones. Y yo, que no fuí (por alguna estúpida razón) a ese concierto, no dejo de pensar en el desperdicio de tener a una banda histórica en un momento cúspide y no enterarse de nada. Aunque qué sé yo, también puede ser que la combinación de música más ambiente más efectos de las sustancias le hubieran hecho pasar una gran noche. A pesar de que no tenga recuerdos de casi nada.

Canciones:

Jeff Buckley: "Lilac Wine"
Oasis: "Whatever"
Guns n' Roses: "Rocket Queen"

lunes, 25 de octubre de 2010

Guns n' Roses en Badalona 2010

Un hombre y un bigote: Axl Rose

Esto de Internet y su inmediatez me crea una cierta sensación de ansiedad. A día de hoy, cuando todavía no hace ni 24 horas que terminó el concierto de Guns n’ Roses en el Palau de Badalona, seguro que ya rondan por la red varias decenas de reseñas, artículos y crónicas, todas ellas adornadas con fotografías tomadas a metro y medio de la banda, y con datos concretísimos y veraces... no es esa, sin embargo, la intención de estas líneas. No, aquí no descubriréis cuántas rayas esnifó DJ Ashba esa noche ni el número de botellas de Cristal de las que dio cuenta Axl antes de sentirse preparado para salir al escenario. Hablaré del concierto, claro... de mi concierto, y de lo que de ello aconteció.

Y es que aunque ya tuve ocasión de ver a los “nuevos” Guns n’ Roses en 2007 en aquél festival en Bilbao, la emoción por verles en casa era grande. Que son muchos años siguiendo a los Gunners, desde que yo tenía unos 12 años y el grupo reinaba por todo lo alto, y me refiero también en las radios y los programas de televisión musical más generalistas. Que lo más parecido que había podido disfrutar de un concierto con la formación más o menos clásica de los Guns n’ Roses había sido aquel concierto de París que se emitió en su día en Antena 3.

En esta ocasión, ya, por fin, teníamos el dichoso “Chinese Democracy” en nuestras manos y parecía que tras un arranque de su etapa post-publicación del “Chinese...” con demasiados claroscuros, Guns n’ Roses volvía a ser una banda, haciendo lo que se supone que debe hacer una banda: girar. Hagamos, pues, un pequeño resumen de lo que fue su concierto en Badalona.

De entrada, el tema de los horarios daba muestras de que el término “normalidad” no encaja en el planeta Axl. Si en sus anteriores conciertos en el estado, retrasos de dos horas como ocurrió en Madrid, hicieron que se liara, la solución muestra de la picaresca hispánica no fue otra sino publicar oficialmente únicamente la hora de apertura de puertas. A partir de ahí, uno sabía que tocaría Sebastian Bach (presumiblemente una hora) y luego Guns n’ Roses. ¿Cuándo, exactamente? Bueno, como quiera que Sebastian Bach no me interesa especialmente, y haciendo cálculos rápidos, pude presuponer que Axl & co. saldrían a escena sobre las 22’30, de modo que por si acaso, me aseguré de estar en la pista a las 21’30. Y no me equivoqué de mucho, al final las luces se apagaban cuando pasaban 10 minutos de las diez. Axl estaba magnánimo. A pesar de los problemas de aparcamiento, cosas de vivir fuera de la urbe, llegué con puntualidad y con tiempo de dar buena cuenta de una cerveza y un frankfurt en el bar de la esquina, como mandan los cánones.

La primera decepción fue ver a gente comprando entradas en ese momento, señal inequívoca que el Palau no presentaba lleno. Pensemos que yo descubrí y me enganché a Guns n’ Roses cuando llenaban estadios de fútbol de toda Europa y América Latina (ya no digamos USA), en plena gira Illusions. Y claro, darme cuenta de que en 2010 ya no pueden llenar las 13000 personas que puede acoger el Palau Olímpic de Badalona, me dio de bruces con una realidad... esto hace mucho tiempo que no es lo que era. Kiss presentan una gran entrada en el Sant Jordi, Aerosmith menos, pero también un buen número, y Guns n’ Roses, a pesar del morbo, a pesar de los 17 años transcurridos desde su última (y única) cita catalana, a pesar de esa moda que parece haber de acudir a los conciertos de ciertas bandas clásicas de rock (AC/DC o los mismos Kiss), no son capaces de llenar. Cierto es que los 55€ podían tirar atrás a cualquiera, que este no era un concierto de revival ni mucho menos, que “Chinese Democracy” es un disco que ha creado mucha división de opiniones y que la absurda falta de promoción de los Guns n’ Roses desde su vuelta a escena (por desidia de Axl, por supuesto) jugaban en su contra.

Y el público, pues un poco de todo, pero poca gente por debajo de los 25 años, y mucha entre los 25 y los 40, lo cuál da que pensar que el tema renovación de público no lo llevan muy bien. Y nostalgia, mucha nostalgia. Diablos, que dicho así, ahora, en 2010, cuesta de creer, pero que Guns n’ Roses fueron MUY populares por estos lares a principios de los 90’s.

En cuanto al concierto, ejecución, repertorio y demás aspectos visuales, hay que reconocerle un mérito a Axl Rose, y es el tener los cojones más grandes que el caballo de Espartero y colocar en el set list hasta 8 temas de “Chinese Democracy”. Cualquier hijo de vecino tocaría cuatro cancioncitas del disco nuevo y luego a tirar de repertorio clásico. Pero Axl, para bien o para mal, no es cualquier hijo de vecino. Y eso, claro, hizo ensombrecer algunos momentos del concierto, porque a mí que me perdonen, pero “Chinese Democracy” ( la canción) me suena tan mediocre como la primera vez que la escuché, y “Shackler's Revenge” es totalmente prescindible. Si a ello le sumamos que se dejó en el tintero dos de los mejores cortes del disco, “There Was A Time” y “Catcher In The Rye” (que junto a “Streets Of Dreams” conforman el triplete mágico de “Chinese Democracy”), la cosa no deja de resultar extraña. El resto del repertorio, como era de esperar, sencillamente sólo al alcance de los grandes, de esos grandes que todos tenemos en mente.

En cualquiera de los casos, si alguien reinó, ese fue Axl Rose. Puedo comparar fácilmente con el Axl que había visto en Bilbao en 2007 y decir que el Axl Rose de 2010 es un mucho mejor cantante que el de 2007. y sigue siendo una estrella. Mucho más delgado y con un look que rockea mucho más que esas lamentables trenzas y esa camisa abierta a lo Bisbal que solía lucir hacia 2007. Pero lo más importante, pletórico de voz, y eso sí que no me lo esperaba, no olvidemos que tiene ya 48 años. Por si fuera poco, bailó, hacia el final del concierto incluso bromeó e hizo uno de sus extraños speeches que solía hacer antaño, y, oh, sorpresa, por momentos parecía que disfrutaba de estar allí arriba. Es evidente que los Guns n’ Roses de 2010 son una banda subyugada a ese reyezuelo inconstante e impredecible que es el amigo WAR, que tan pronto desaparecía y tenía a los músicos improvisando hasta que volvía a salir, como de repente engrasaba la máquina y la ponía a muchas revoluciones.

Y el resto de músicos, pasado el trauma de no ver allí a Izzy o a Duff, pasadas las idas y venidas de tipos como Paul Tobias Huge o Robin Fink, y tras varios meses en la carretera, parece ser más un grupo que un conjunto de mercenarios, e incluso su majestad Axl interactúa con casi todos ellos. Sigue siendo a todas luces ridículo el tener a 2 teclistas (Dizzy “Fuckin’” Reed y Chris Pittman), así como contar con 3 guitarristas, que se reparten los solos en las canciones como necesitados de robarse, los unos a los otros, los momentos de lucimiento. El circo, claro, vuelve a estar ahí. Para mi gusto, sobra uno de ellos, probablemente Richard Fortus o Ron “Bumblefoot” Thal, por tener menos carisma que el “nuevo” DJ Ashba, una agradable sorpresa. Aunque a decir verdad, Ron Thal se descubrió como un tipo muy talentoso. En cualquiera de los casos, una banda necesita un guitarra rítmico y uno solista. Richards y Wood. Perry y Whitford. Stanley y Frehley. Lo demás, son tonterías.

El concierto duró dos horas y media, larga duración que se agradece, aunque tanto solo o “instrumental jam”, como lo disfrazan ahora, aburre a cualquiera y rompe el ritmo de un modo espectacular. Si bien es cierto que en la gira de los Illusions siempre hubo solos, de guitarra y también un coñazo de solo de batería que se marcaba el pesado de Matt Sorum. Por lo menos anoche no hubo solo de batería.

Podría decir muchas cosas más acerca de la banda, del repertorio, de lo que anoche sentí. Y sin embargo, no quisiera acabar estas líneas sin hacer una reflexión acerca del público. Igual es que yo soy rarito, pero cuando voy a un concierto, bueno, me pillo una bebida justo antes de que empiece el show, y luego aguanto hasta el final, igual hasta los bises. Jamás entenderé esa gente que se pasea por toda la pista una y otra vez, en busca de bebida, como tampoco entiendo a esos que van a un concierto y se pasan toda la noche de charleta. Pero ayer tuve que sufrir a lo que me pareció mucha gente yendo y viniendo, con lo que eso conlleva, que un fulano sudoroso se te arrime y frote su pringoso torso buscando pasar entre el mínimo hueco que hay entre tú y el tío de delante. Puto ascazo. Está Axl Rose en pleno éxtasis de “This I Love” y un ser peludo y sudado de repente se pega a ti, para pasar por delante. Eso, claro, rompe cualquier tipo de magia. Pero insisto, igual soy yo, que soy rarito.

Canciones:

Guns n’ Roses: “This I Love”
Guns n’ Roses: “Rocket Queen”
Guns n’ Roses: “You Could Be Mine”

martes, 19 de octubre de 2010

Be my baby

Será que hoy estoy un poco cerdete, porque si no, no entiendo qué extraño resorte ha hecho que Vanessa Paradis apareciera en mi mente. Y no una Vanessa Paradis cualquiera, que esa, me interesa más bien poco, sino la que aparecía en el videoclip con el que la descubrí. Vayamos con él y luego continuamos, ¿sí?



Se trata de un tema de 1992, de cuando la niña se fue a hacer las Américas. No me digáis que ese vídeo, con esa cancioncita tan maja y esa Vanessa más guapa que nunca no es como para que de repente, lo recuerde, tal que 18 años más tarde... sí, esa separación en la piñata tan característica sigue estando ahí. Y aún así, tan lánguida, pero con ese aura de falsa inocencia y esa ropa de hippy sexy, con ese inglés afrancesado cantando una bonita tonada fotocopiada de Motown, me sigue gustando. Aunque yo ya no tenga 13 años. Todo encaja, la chica, el vídeo, la canción. Sin conjugar estos tres elementos, no sería lo mismo.

Vanessa Paradis había sido una estrella preadolescente en Francia, una suerte de Melody gavacha, pero sin gorilas. Claro que viendo su éxito estrella “Joe Le Taxi”, casi me quedo con la rumbera y su baile simiesco (uh, uh, uh). En fin, todo el mundo sabe que los franceses son idiotas. Aunque esa es otra historia. El caso es que a los 19 años decidió hacer carrera en USA, y allí se lió con un Lenny Kravitz que por aquél entonces todavía tenía cosas que decir en la música. Un día de estos tengo que hablar de Lenny Kravitz. Así, Kravitz le compuso un disco a su nueva flamante novia, del que se extrajo este “Be My Baby” como single, y que a la postre, le abrió las puertas de la fama allende Francia. Y no tengo rubor alguno en reconocer que me gusta esta canción. Aunque sea un plagio descarado y segundón del soul más almibarado de los 60’s. Y sobretodo me gusta, lo dicho, esa combinación de la canción con ese videoclip sugerente y cantado por esa extraña chica francesa que nadie conocía por aquí.

Hay que reconocerle a Kravitz su buen gusto con las mujeres, porque antes de liarse con Vanessa Paradis, había estado casado con la (por aquél entonces, a finales de los 80’s) guapísima Lisa Bonet. Y posteriormente se le ha relacionado -me encanta esta expresión de prensa amarilla- con Nicole Kidman, que no me dice gran cosa pero hace unos años, antes de parecer una estatua de cera, tenía su aquél, Penélope Cruz, que si cierra la boca es una chica bonita y hasta Kate Moss (arf, arf, arf...). Hasta aquí el momento Salsa Rocksa.

Y volviendo a Vanessa Paradis, su carrera como nueva soulwoman le duró lo que duraron esos 3 minutos de clip en la MTV. Así que retornó a Francia e hizo sus cositas en cine y música, que no me pueden importar menos. Si algún lector o lectora considera que me estoy perdiendo a una artista que realmente vale la pena, que no se lo calle, que rectificar es de sabios y todo eso. Pero mientras tanto, permitidme que me ponga una vez más este “Be My Baby”.

Canciones:

Slash: "Ghost"
Lenny Kravitz: "Fields of Joy"
The Drifters: "Sugar Pie Honey"

domingo, 17 de octubre de 2010

No voy a hacerlo más...

Ayer tuve un pequeño acto de rebeldía estúpida frente a la estupidez que ya aceptamos como inherente. No sé dónde me había dejado los auriculares, de manera que tenía mi teléfono, que ahora también me hace las veces de reproductor de música, pero no el medio físico para escuchar esta música. Y pensé... y si? Y lo hice... era un trayecto muy cortito, pero diablos, me apetecía escuchar música. Y si cualquier niñato que se precie ha abandonado su dependencia a los auriculares, y ya de paso, cualquier forma de decencia y de respeto por los demás, amén del buen gusto, por qué iba a ser yo menos. Lo sé, el estatus de “niñato” hace ya varios años que lo abandoné, por lo menos en lo que al plano físico se refiere. Aún así, pasada la vergüenza inicial (lo reconozco, la tuve... ¿me estaré haciendo viejo?), disfruté escuchando a Soundgarden y a Queen, móvil en mano, como si de loro ochentero se tratara, ante la mirada extrañada de algún que otro transeúnte que pasaba, incluido aquel grupete de adolescentes que miraron con cara de no entender absolutamente nada. Uno de esos actos en que la rebeldía se transforma en la idiotez más supina, pero mirad, qué queréis que os diga, lo disfruté. Aunque sólo fueron cinco minutos. Y prometo no hacerlo más. Palabrita del niño Jesús.

Canciones:

Soundgarden: "Drawing flies"
Queen: "It's a beautiful day"
Manic Street Preachers:"The Descent (Pages 1 & 2)"

jueves, 14 de octubre de 2010

Smartphone

Me he comprado un teléfono móvil nuevo. Se trata de uno de esos móviles nuevos, de ultimísima generación, que incluyen reproductor de emepetrés de muchos gigas, cámara de foto, de vídeo y de lo que haga falta, conexión a Internet, acceso a e-mail y supongo que si lo configuro propiamente, incluso llegaría a hacerme algún tipo de favorcillo sexual. Mi puerta de entrada a la modernidad más repelente, vamos. Ni que decir tiene que me siento el tipo más molón del barrio. Un smartphone, que le llaman. Me encanta la palabra. Smartphone. Ahí queda eso.

El caso es que por lo que se ve, estos teléfonos (porque al final, son teléfonos, ¿no?... no sé...) no admiten una tarjeta SIM normal y corriente. No. Requieren una tarjeta SIM más pequeñita. Tiene aspecto de “El Chip Prodigioso”. Y allí estaba yo, con mi tarjeta nueva insertada en mi flamante móvil nuevo, cuando me di cuenta de un detalle... en la tarjeta SIM anterior, la grande, la del teléfono viejo, esa que por lo visto ya no vale para nada, tenía toda mi agenda de teléfonos. En fin, tampoco es que sea el chico más popular del instituto. Tampoco es que tenga una agenda tan amplia ni una multitud de personas constantemente llamándome y enviándome SMS. Pero llegaba el momento de la tediosa tarea de traspasar a mano todos los teléfonos de los contactos. Vamos, que tanta modernidad para acabar haciendo lo que hacía mi madre cuando se compraba una agenda nueva: transcribir todos los contactos al nuevo cuaderno.

Cómo se le activa el bluetooth a esto?

Me puse manos a la obra y comenzó la primera duda. Todos? Noooo... demasiados para un nivel de vagancia como el mío (demasiado pocos, probablemente, para el tipo más popular del instituto). Filtremos pues. Primero los más utilizados. Familia más directa y los amigos con los que he quedado esta noche. Y con todo ello, la primera constatación del moderno mundo imbécil. Si mi madre me llama al móvil y no se lo cojo (no tengo costumbre de contestar a llamadas de teléfonos que no conozco), ya tenemos a una madre ciertamente preocupada. Y en cuanto a los amigos, ahora ya no se queda con nadie. Estaremos en tal sitio. Si uno llega y no hay nadie, automáticamente llama. Dónde estás? O si uno llega tarde, llama también. Oye, que me he liado y llego en 5 minutos. Adiós a esa clásica costumbre de esperar.

Y al final me di también cuenta de la cantidad de contactos que tengo y que ni uso. Es, probablemente, un buen momento de hacer limpieza. Amigos que ya no lo son. Amigas que nunca lo fueron (lo que quería). Conocidos y saludados varios. Cuánto tiempo hace que no hablo con Fulano? Y por qué tengo 3 números diferentes de Mengana? Cuál será el que utiliza ahora mismo... si es que es alguno de ellos. Vale la pena mantener el teléfono de esa persona con la que tuve relación hace algún tiempo pero ya hace años que no?

Pero cómo quieres que este hortera tenga un millón de amigos??

Esta bonita reflexión me podría servir para hacer una crítica fácil de la ligereza con la que se llevan las relaciones. Hoy somos amigos, mañana no. Hoy tomemos un café, mañana no te saludo. Y cómo de estúpido es mantener a toda costa un contacto con una persona que en el fondo, no nos interesa, por aquello de acumular contactos y hacernos sentir mejor, en una versión más sofisticada de aquél “yo quiero tener un millón de amigos” que cantaba el hortera de Roberto Carlos. Y sin embargo, esta vez no. Esta vez me puede servir para pensar en por qué aquellas personas alguna vez pasaron por mi vida y ahora ya no están. Qué falló, y sobretodo, si tal vez lo hice, y posiblemente así sea, en qué fallé. Es demasiado fácil esta postura misántropa de que realmente nadie está a tu altura. Pero al final, cuando sólo vemos idiotas por todas partes, puede ser que el idiota resultes ser tú mismo. Reflexionemos, pues, amigos.

Canciones:

The Cardigans: "Carnival"
Guns n' Roses: "Sorry"
David Bowie: "Young Americans"

martes, 12 de octubre de 2010

Suites Imperiales

De mi educación en un colegio católico me queda, claro, una cierta influencia. Pero si bien es cierto que estudié el Bachillerato (unificado polivalente) y el COU en un colegio católico, era un centro algo atípico, y ese tema tan molón de los siete pecados capitales lo aprendí de David Fincher y esa gran película que es “Seven”. O que en su momento, me pareció que era, ya que creo que no la he vuelto a ver nunca más desde aquél 1995 en que se estrenó.

Esto de los pecados capitales está bien. Quiero decir, un pecado, ya de per se, es algo chungo, pero si encima son capitales, bueno, la cosa se pone jodida para escapar de las llamas infernales. Aunque releyendo la lista (gula, pereza, soberbia, avaricia, envidia, lujuria e ira), me temo que los cometo todos, con una cierta constancia. Sin embargo hay uno en concreto que suelo cometer, y que digo yo que no será para tanto: la envidia.

Sí, la envidia, ese sentimiento tan común, tan humano, y creo que tan necesario para espabilarnos, para no dormirnos en los laureles, para querer más, para tratar de optar a más, para no caer en el conformismo... todos tenemos envidia. Todos. Las personitas de bien incluidas, pero claro ellas la tratan de disfrazar con el adjetivo “sana”. “Envidia sana”. Qué diablos es eso? Eso ni es envidia, ni es nada! La envidia sana es como la cerveza sin alcohol o las patatas fritas light, meros sucedáneos. Y yo, tengo envidias... a menudo.

Una de mis filias son los escritores que triunfan jóvenes. Especialmente si lo hacen con esa clase de libros que suelen ser considerados como, de algún modo, reflejos o referencias generacionales, o cuanto menos, si versan sobre personajes jóvenes como ellos mismos. También tengo como filia esa clase de libros que suelen ser protagonizados por jóvenes o adolescentes y acaban siendo novelas más o menos de culto, como “El Guardian Entre El Centeno” o “La Ley De La Calle (Rumble Fish)”. Pero esa es otra historia. En este caso, me refería a escritores que en una insolente juventud publican novelas de argumentos basados en personajes coetáneos, de alguna manera, llámense John Fante, Brett Easton Ellis, Ray Loriga o Kiko Amat.

Pero ay, amigos, si bien no puedo evitar lanzarme a consumir esa clase de libros, por otro lado, no puedo evitar que la envidia me corroa. Y no una envidia sana, no. Esa no existe para mí. Envidia insana ante esos tipos que logran publicar y tener un cierto éxito contando historias de chavalería y juventud (divino tesoro), quizás porque en un alarde de arrogancia, yo también me creería capaz de ello.

Brett Easton Ellis con pose de "he madurado pero todavía soy un escritor malote"

Y con Brett Easton Ellis me ocurrió, hace unos años, de un modo más o menos repentino. Yo conocía a Ellis como casi todo el mundo, a través de “American Psycho”, aunque llegué antes a la película que a la novela. Como quiera que un día, por casualidad, curioseando por la librería, di con su novela de debut, “Menos que cero”, y me llamó la atención. Y no me equivoqué, me topé con un libro muy interesante, escrito con un sorprendente estilo para tratarse de un chaval que entonces contaba sólo con 21 años (¡!!). ¿Es, o no es como para tener envidia? Luego cayeron la versión cinematográfica de “Menos que cero”, que en castellano se proyectó como “Golpe al sueño americano”, bastante menos interesante y lo que es peor, no sólo varía ciertos aspectos de la novela en la que se basa, sino que además, incluso varían, en una pirueta con mortal incluido, el final. Luego leí “American Psycho” y finalmente su anterior novela, estupenda “Lunar Park”, de la que juraría que ya hablé en NDK pero soy incapaz de encontrar exactamente dónde.

Y eso nos lleva a este punto. Si bien “Lunar Park” me pareció un libro que reflejaba una madurez literaria que a veces no se da en esta clase de autores que comienzan escribiendo tan jóvenes, el libro que nos ocupa ahora mismo, y a la postre, última novela de Brett Easton Ellis, ha supuesto una decepción mayúscula.

Niños pijos en situaciones extremas: "Golpe al sueño americano"-1 "Beberly Hills 90210"-0

En efecto, el hecho de que “Suites Imperiales” retome los personajes de “Menos que Cero”, pero 25 años más tarde, era un riesgo demasiado grande. Y no sé como valorarlo, si como un ejercicio de valentía, por saber que retomar personajes de una novela que con el tiempo se ha ido mitificando, como es “Menos que Cero”, podía suponer un rechazo causado por las altas expectativas en un lector con cierta implicación personal en la novela inicial, o bien como un ejercicio de desfachatez y de ir a lo sencillo. De hecho, sí, son Julian, Clay, Blair y los demás. Pero podían haber sido otros, con otros nombres y sin necesidad de conocer su pasado. Y el resultado habría sido el mismo. El mismo de endeble, aunque tal vez menos decepcionante.

El particular estilo de Brett Easton Ellis me sigue gustando. Incluso el interés por relatar a personajes de su propia edad, mostrando una evolución como creador. Y resulta interesante el desengaño que transpiran los personajes, aunque, e igual es conciencia de clase, pero un nihilismo de ex-niños pijos reconvertidos en cuarentones ricachones de Los Angeles resulta incluso ridículo. Pero la realidad es que “Suites Imperiales”, pese a ser una novela cortita, apenas ciento cincuenta páginas, es un coñazo. Todo demasiado desdibujado, todo como si fuera a pasar algo más de lo que pasa, y si pasa, no se explica. Y sí, soy muy consciente de que el juicio sería menos severo si en el lomo no figurara el nombre de Easton Ellis o si no volviera a ser Clay quien narra la historia. Y a pesar de todo ello, aunque no se dieran esas circunstancias, seguiría siendo una novela flojita.

Canciones:

QOTSA: "Gonna Leave You"
Brian Eno: "By this river"
Los Planetas: "Reunión en la cumbre"

domingo, 10 de octubre de 2010

Enésima vuelta

Me acojona pensar que la última vez que me asomé a estas páginas era 14 de abril. Han pasado ya más de cinco meses. Casi nada. Pero amiguitos y amiguitas, tengo justificante firmado por mi mami. Si yo os contara todo lo que me ha pasado en los últimos, digamos, 7 meses, daría como para un blog entero nuevecito. El caso es que iba pasando el tiempo y yo pensaba que quería ponerme a escribir. Pero entonces aparecía, ay, el pánico de la página (web) en blanco. Que yo me tomo muy en serio este blog. Aunque a veces no lo parezca. Y así, pasan los días, las semanas, los meses y hasta los trimestres. Y entre tanto, pasó el mes de julio, y con él, el cumpleaños de Notas De Kar. Cinco añazos ya. Vértigo.

Tu mente extiende cheques que tu cuerpo no puede pagar. Con esa frase comenzaba hace ahora más de 5 años la andadura de NDK. Y qué verdad, eso os lo puedo asegurar aquí y ahora. Quién me iba a decir que un lustro después, no sólo yo seguiría vivo sino que además, todavía tendría vivo, aunque convaleciente, pero vivo no obstante, este blog, lo cuál, para un inconstante como yo, no es sino un pequeño milagro.

Cinco años. Joder, si cinco meses de ausencia me han parecido una barbaridad, ya no os digo cinco años. Cinco años de mi vida. Me siento como el jodido Doogie Houser, M.D. Porque sí, probablemente mis entradas no tengan el formato “hoy me he levantado y resultó que se me había acabado el café, así que bajé al bar y allí estaba esa camarera tan guapa pero que preparaba esos cafés tan horrorosos, y que siempre me guiña un ojo cuando me saluda (...)”, pero no hace falta ser muy sagaz para verme reflejado entre las líneas que hablan de Brian Setzer, de James Ellroy, de Kate Moss o de cualquier otro tema.

Qué extraño resorte me ha hecho retomar estas líneas? Probablemente mi tendencia al exhibicionismo velado, y aunque parezca bobo, también el hecho de haber releído entradas antiguas de NDK y darme cuenta de que no están tan mal. Qué ridículo que tenga mayor pudor a una falta de estilo que a mostrarme, de alguna manera, públicamente. Sea como fuere, y por cualquier razón, aquí estoy, se supone que para quedarme. Aunque no prometo nada.

miércoles, 14 de abril de 2010

Loco

Hoy la cosa va de rectificaciones. Sí, lo he de reconocer, pero bueno, dicen que eso es de sabios, no? El rectificar, digo. Pues digamos mejor que la cosa va de sabiduría. Y es que debo reconocer que hacia el personaje que protagoniza las líneas de hoy había llegado a tener todos los prejuicios del mundo, y alguno más. Pero las cosas como son, me ha convencido. Lo hizo el viernes pasado en su concierto, y lo lleva haciendo toda la semana, cuando un CD suyo está constantemente sonando en mi reproductor.

Fui al concierto de Loquillo sin mucho convencimiento, más por ganas de ir a un concierto, y por qué no, algo de morbo por el personaje, que por su música o por que fuera un fan. Pero qué cosas, Loquillo dio un conciertazo, y su banda suena compacta y muy bien.

Supongo que parte de mi problema con Loquillo era su personaje, especialmente ese Loquillo de los 90’s, descolocado, despotricando de todo el mundo y clamando por supuestos complots que manos negras organizaban contra él. Está claro que el Loquillo de 1999 era un coñazo de tío, un llorica que no hacía más que quejarse de la poca atención que los medios genéricos le proporcionaban, rajaba de los grupos indies que cantaban en inglés o planteaba supuestas tramas políticas que se urdían contra él. Probablemente sin querer ver que cuando una industria como la del rock en España se basaba en unas figuras tan inestables, alejadas de la música y poco de fiar como los ayuntamientos, pasan esas cosas. Y es una realidad, en los 80’s muchas bandas vivían de las galas de verano en los pueblos y ciudades. Y sinceramente, no creo que hubiera ningún complot político para que los ayuntamientos catalanes no contrataran a Loquillo y Trogloditas durante los 90’s. Simplemente, Loquillo tuvo un bache complicado con la espantada de Sabino Méndez, y por la situación de la banda en general, y su música se volvió menos interesante. Por otra parte, el público general, el de las fiestas de los pueblos, ya no estaba interesado en Loquillo. Y si por alguna extraña razón el público generalista de Catalunya prefería escuchar a bandas sarnosas que cantaban en catalán y estaban de moda, qué se pensaba? Que los ayuntamientos iban a rehusar contratar al grupito de moda?



En directo es mucho mejor!

Pero el Loquillo de los últimos años ha sabido mantenerse y aprovechar su aureola de estrella superviviente, y se ha sabido mover en los circuitos más alternativos, pues no aparecía en Los 40 Principales o mierdas de ese tipo. Y ponerse un poco menos pesado. Y lo más importante, volver a grabar discos interesantes. “Cuero Español”, “Feo Fuerte y Formal” o “Balmoral” tienen algunas canciones excelentes que demuestran que eso es lo mejor que puede hacer el Loco: como se suele decir, hablar en el escenario, en los estudios, no hacer declaraciones o codearse con indeseables como Federico Jiménez Losantos. Y la decisión de renovar y finalmente prescindir de los Trogloditas, tomando como mano derecha al guitarrista Igor Paskual, es otro gran acierto.

El cancionero del Loquillo de los 80’s, vía composiciones de Méndez, es de esos que permanecen en la memoria colectiva, y eso es muy importante. Yo recuerdo de crío “Quiero un Camión”, “El ritmo del garaje”, “El Rompeolas”, “Chanel, cocaína y Dom Perignon” o la celebérrima “Cadillac Solitario”, y reconozco que esas revisitaciones en su concierto del viernes pasado me emocionaron (bueno, las que sonaron, que no fueron todas). Pero no hay que olvidar que en los últimos 10 años también ha compuesto (o le han compuesto) algunas canciones muy interesantes, como “Arte y ensayo”, “Feo, fuerte y formal”, “Cuando fuimos los mejores” o ese temazo que es “Rock and Roll Actitud”, que se ha convertido en mi canción de la semana, y que me pongo cada mañana en el coche cuando voy a trabajar. Ah, y revisitó a Johnny Cash antes de que Rick Rubin lo convirtiera en algo cool.

En su concierto de Barcelona, demostró que controla los tempos y maneja al público a su gusto, y metió 3000 personas en el recinto, que no es moco de pavo. Y yo, un escéptico como yo, salí convencido y ya me veis, dedicándole una entrada en este, mi sacrosanto blog. Quién me lo iba a decir.

Canciones:

Loquillo: “Rock and Roll Actitud”
Loquillo: “Trentaytantos”
Loquillo: “Pégate a mí”

domingo, 4 de abril de 2010

Viaje a Carcassonne

Regreso de unos días (cortos) de vacaciones por la zona de Carcassonne y el Llenguadoc, rodeados de castillos e historia medieval, con franceses rancios y satisfecho, que no es poco. La cosa iba de cuatro amigotes metidos en un coche, de decir barbaridades, de hablar cada 5 minutos de mujeres, de comer bien, de cerveza, de cuescos, de bromas y en fin, de echar unas risas, en general. Podría decir que éramos 4 caballeros en busca de un grial mucho más sagrado que el de la leyenda artúrica: el de la vida y los buenos momentos. Pero realmente, sería dotarlo de un maquillaje recargado, excesivo y demasiado romántico para ser real.

Una pequeña lección de historia rápida: la zona se caracteriza por su pasado cátaro, corriente del cristianismo que se creó hacia el siglo XII y se basaba en una visión más espiritual del cristianismo corriente de esa época. Y a decir verdad, tuvo un éxito inédito en esa zona del sur de Francia y el norte de Italia. Por supuesto, rechazaban a la entonces todopoderosa Iglesia Católica, y cuando al papa Inocencio III se le hincharon los huevos, la cosa se puso fea. Ahí entra en la escena el rey de la Corona de Aragón Pere I, también llamado el católico, un tipo que de repente se vió en una encrucijada, ya que era devoto y amiguito del Vaticano, pero a su vez era también señor del Llenguadoc, cuna y enclave fuerte de los cátaros. Y claro, no quedaba bien que se emprendieran hostilidades hacia quienes, al fin y al cabo, eran sus súbditos. El tío intentó usar la diplomacia para resolver el asunto, tratando de aplacar no sólo al papa sino también a los señores de Tolosa y otras zonas del centro de Francia que querían aprovechar la coyuntura para hacerse con esos territorios, todos ellos encarnados en la figura de Simó de Monfort. Pere I incluso llegó a proponer un matrimonio entre su hijo de tres años (el futuro Jaume I) y la hija de Monfort, cosas culebroneras de la edad media. Monfort no aceptó, y al final hubo una guerra civil que enfrentó a tropas que comandaba Monfort contra tropas catalanas con el Llenguadoc como escenario y con Carcassonne como plaza fuerte. El resultado fue que la Corona Catalano-Aragonesa capituló y Pere I perdió la vida en la batalla de Muret. Eso acabó con las ansias expansionistas catalanas hacia el norte, más allá de Perpinyà.

Castillo de Peyrepertuse (o lo que queda de ello)

El atractivo de la zona se basa en su naturaleza de montaña y en sus múltiples vestigios medievales, unos conservados con mayor fortuna que otros. Por ejemplo, el primer día estuvimos en el Castillo de Peyrepertuse (de nombre hilarante, léase castillo de passepartout o de pay-per-view) y en el Castillo de Queribus (otro que tal). En fin, la excursión es maja, ambos castillos están en lo alto de montañas, uno deja el coche en la ladera, paga los preceptivos 5€ y hace el paseíllo más o menos difícil a través del camino de montaña y accede al castillo. Ambos castillos están en un estado de conservación bastante flojito, aunque eso sí, el paisaje, con el Aneto de fondo, tiene su aquél. Por otra parte, el plato fuerte era Carcassonna, posiblemente la ciudad medieval mejor conservada de Europa, aunque también es cierto que esa restauración y la MULTITUD de gente que hay siempre entre sus murallas, hacen de la villa una especie de Port Aventura de lo medieval. Así que ni tanto ni tan poco.

No cabe duda de que hay, no obstante, pueblecitos muy majos por los alrededores, ninguno de ellos especialmente conocidos, pero todos mencionados en cualquier guía de la zona, como por ejemplo Lagrasse, con (otra vez) un castillo medio reduído y un monasterio con una iglesia gótica que vale la pena. Y si no, otra opción es ir a Cotlliure, de bajada hacia Barcelona, pueblecito costero encantador donde reposan, además, los restos del escritor Antonio Machado, quien murió allí.

En fin, como quiera que últimamente sólo hablaba de lamentables viajes por trabajo, quede claro que de vez en cuando también hago algún viaje vacacional divertido!

CANCIONES:

Pereza + Sidonie: "Dulce niña de papá/Fascinado"
Caifanes: "Aquí no es así"
Eric Clapton: "Motherless Child"

miércoles, 31 de marzo de 2010

Classic Fantastic

Llega un momento en el que te das cuenta de que las cosas han cambiado. A veces es un acontecimiento lo que hace llegar a esa conclusión. Otras veces, y amigos, esas son las peores, no hay nada que actúe de catalizador. De repente te das cuenta de que las cosas han cambiado, y ya está. No tiene por qué tratarse de algo dramático. Te deja un poco de mal sabor de boca, eso sí.

Cinco largos años nos han tenido esperando estos señores. Cinco años en los que la verdad es que el futuro de la banda nunca había estado muy asegurado. Ya sabéis, las cosas han cambiado, los grupos ya no venden discos y muchas discográficas se desprenden de parte de su catálogo. Algo así como un ERE para rockeros. Y entonces es cuando muchas bandas se dan cuenta de que es demasiado complicado luchar, que ya no son unos jovenzuelos que tienen energía para aguantar carros y carretas, y que, tal vez, no sé, tal vez sería hora de dejarlo.

Lo de los Fun Lovin' Criminals podría haber sido un ejemplo. Ya fueron expulsados de EMI en 2002, y ficharon por Sanctuary Records. Sin embargo, su último disco, publicado hace unas semanas, llevaba el sello de una discográfica llamada Kilohertz, y en una pirueta del extraño mercado en el que vivimos, distribuye una empresa llamada Absolute vía Universal Records. Si alguien lo entiende, que me lo diga. Pero esta complicación al explicar cómo llegó "Classic Fantastic" al mercado da que pensar en la complicada situación que la banda parece que vivió.

Back in the New York groove!

Poco importa, sin embargo, ahora que ya tengo "Classic Fantastic" en mis manos, por cierto, muy buen título. Como nota curiosa, y prometo que con esto cierro el capítulo de la distribución, vi el disco anunciado en la web de esa multinacional francesa que todos tenemos en mente y que tiene tiendas en ... bueno, qué más da, en la web de FNAC (de los cuales aceptaré agradecido un taloncete por la publicidad gratuíta). Y para la FNAC que me fuí, preguntando por el disco en cuestión. El muchacho me dijo que no había ninguno todavía, que estaban por llegar... pero que sólo les iban a llegar 2 copias (???) y que si quería que me lo reservara. Por supuesto que quería que me lo reservara... ¿2 miserables copias en todo un FNAC de Diagonal Mar? Definitivamente el mundo del disco como formato físico está chungo. Ok, Fun Lovin' Criminals no son Coldplay precísamente, pero 2 copias me parece como un chiste.

En fin, había curiosidad. Tras la inactividad en el estudio, y tampoco es que prodigaran mucho en los escenarios, tras esos 5 años, tras el salto a una discográfica pequeña... ¿se resentiría su música? Bueno, podemos respirar tranquilos, "Classic Fantastic" mantiene un alto nivel. De hecho, el inicio del disco es muy, muy grande, especialmente ese tema homónimo, "Classic Fantastic", a la altura de eso, de sus grandes clásicos, con una lección de cómo usar un sampler incluída. Siendo "Classic Fantastic" un ejercicio de estilo, del estilo al que FL'C nos tienen acostumbrados, tan particular suyo, quizás el trabajo se escora más en unas bases hip-hop más marcadas, más que en su predecesor, mucho menos uso de la trompeta de Fast.

A pesar de ello, el disco tiene un bajón considerable hacia su segunda mitad, tras 4 temas como un inicio arrollador. Pero paciencia, el disco remonta otra vez con "We, The Three" y "How Low?", un hip-hop guitarrero marca de la casa. Ya no recupera el gran pulso con el que abren el trabajo y que hacía pensar que tal vez sí, esos 5 años les habían teletransportado a sus grandes momentos pretéritos. Sí se mantiene, desde luego, en un alto nivel que no hace que temamos por encontrarnos a unos FL'C publicando discos indignos o arrastrándose por los escenarios. Probablemente no es el disco con el que cosechen legiones de nuevos fans, pero desde luego los fans de toda la vida deberíamos estar satisfechos.

Canciones:

Fun Lovin' Criminals: "Classic Fantastic"
Fun Lovin' Criminals: "The Originals"
Fun Lovin' Criminals: "Rewind"

sábado, 27 de marzo de 2010

Californication

Hacía tiempo que una serie no me enganchaba, casi desde que acabé Los Soprano. Tampoco soy el típico tío que está a la última en series de TV, las ve todas, las conoce todas, y tres días antes de que se emitan, amigo, llegan tarde: nuestro hombre ya ha visto el episodio. Y he de reconocer que me comienza a dar rabia esto de las series. Que sí, que están muy bien, que el episodio que dura justo lo que aguanto antes de quedarme traspuesto en el sofá. Pero se está comenzando a volver cansino, tanta serie nueva que-no-te-puedes-perder, y toda esa mierda. Pues en una muestra más de mi contradicción constante, me he tragado la temporada 1 de Californication en dos semanas.

Y eso que cuando empecé a oír hablar de la serie, bueno, realmente no me pareció gran cosa. Me parecía, no sé, demasiado "buena" como para ser interesante, en lo que a clichés, actitudes y referencias se trata. Quiero decir, una serie que conjuga un escritor irónico y pasado de vueltas, mucho sexo, mostrado más explícitamente de lo que es habitual en cualquier producto americano, drogas, rock... me parecía que sería demasiado forzado. Y además, el agente Mulder encarnando a un escritor alternativo y desastrado??? no!

Cómo acabé dandole una oportunidad, es algo que todavía no entiendo. Yo, el rey de los prejuicios. Recuerdo haber comenzado a ver el primer episodio una vez, en su pase por canal +, en un hotel hará dos o tres años, y no me motivó ni para acabar el capítulo. Pero afortunadamente le di otra oportunidad. Y bueno, he de reconocer que estaba equivocado. Todos esos clichés fantásticos, todo ese sexo, todas esas drogras, toda esa música, todas esas actitudes son tratadas con ironía, con cariño, con sentido del humor y con gracia.


Hank Moody: es un truhán, es un señor

Cómo no iba a identificarme con Hank Moody, escritor en crisis literaria, personal y amorosa, un personaje estupendo. Ahora más que nunca. Y amigos, si estáis leyendo estas líneas tras unas semanas de ausencia frente al teclado, es gracias a nuestro colega Hank. Demosle todos gracias a Hank. Por cierto, soy el único que ve ciertos paralelismos entre Hank Moody y Hank Chinasky?

Con esos episodios en los que sabes que habrá una escena de sexo con una señora estupenda mostrando su cuerpo a excepción de la zona genital, la serie ya tiene un interés. Y eso que el escándalo que pueda haber armado el sexo en la serie es ridículo si lo comparamos con cualquier película de Vicente Aranda. Y sin embargo, tengo una queja amarga: el final de la primera temporada tiene un último giro lamentable, que en mi opinión, destroza el final. Parece como si nadie apostara por la continuación de la serie y quisieran darle un carpetazo rapidito.

Afortunadamente hay una temporada 2 y una 3. Afortunadamente, creo, aunque no estoy del todo seguro. Tendré que verlas.

Canciones:

Fun Lovin' Criminals: "Classic Fantastic"
Oasis: "Champagne Supernova"
Afghan Whigs: "Crazy"

miércoles, 24 de marzo de 2010

Ocean Colour Scene, rollos benéficos y conciertos extraños

Cualquiera que haya estado leyendo este blog durante varias entradas probablemente sabrá de mi querencia hacia un grupo como Ocean Colour Scene. Los que no, no. Bueno, seguramente no. De hecho, tal vez los que sí, tampoco. Qué más da?

Ah, OCS... reconozco que incluso un fan como yo los tenía bastante olvidados. Y eso que entre 1997 y 2002 los llegué a ver hasta cuatro veces en directo. Aunque hoy parezca mentira, la banda británica llegó a tener su popularidad por estos lares. Luego vinieron los discos flojunos, los cambios de formación y la ausencia de giras por esta parte de Europa.

El caso es que ayer tenían extraño bolo en Barcelona... extraño porque se enmarcaba en no sé qué movida benéfica auspiciada por la cadena Hard Rock Cafe, una cadena de restaurantes que de hard rock tiene bastante poco y de café, pues tengo mis dudas al respecto. Pero qué diablos, hacía un montón que no veía a esa banda, y como quiera que no estoy en mi momento más álgido, me apetecía un poco de diversión para un martes por la noche, así que a última hora me hice con mi entrada. Nota mental #1, cuando pagas 17€ por un conciertillo, 15 más los gastos de Ticktackticket, y te parece barato, es que definitivamente el mundo de la música se ha vuelto loco, y es pasto de piratas de pata de palo y parche en el ojo. Nota mental #2... qué hostias de gastos tienen los de Ticktackticket que se atreven a cobrarte más de un 13% bajo ese concepto?

El caos a la hora de recoger las entradas en la puerta era considerable, y por si fuera poco, esa cola se mezclaba con la cola de los que tenían pase VIP. Nota mental #3... ¿pase VIP? ¿pero este no era un bolo benéfico? Viva la solidaridad. Pero sorprendentemente, se agotó todo el papel, y en la cola de acceso había gente pidiendo si a alguien le sobraba alguna entrada. También, y como suele ocurrir en este tipo de conciertos de ciertas bandas británicas, el aforo también estaba lleno de ingleses. Permitidme que me detenga en el tema de los asistentes. Alguna vez os habéis sentido viejunos? Pues yo, ayer, sí... como quiera que OCS no es una banda interegeneracional y que hace años que estaban bastante fuera de juego, todos los asistentes rondaban los ventimuchos y los trentaypocos. La franja de edad era totalmente uniforme.

OCS, cuando eran un joven cuarteto. A Oscar Harrison, AKA el negro, no le he visto nunca los ojos... igual no tiene

Bueno, ver un concierto en el Hard Rock Cafe es, claramente, bastante desastroso, si tenemos en cuenta que el local (donde nunca había estado) tiene una barra en medio de la zona central, justo enfrente del escenario. Toma ya. No obstante, la acústica era bastante buena.

En cuanto a la banda, aparecieron, Simon Fowler (voz), Oscar Harrison (batería), Steve Cradock (guitarra) y dos miembros/mercenarios que alternaban bajo y guitarra. Y una cosa importante, nos demostraron algo que ya sabía, pero casi había olvidado: son muy buenos en directo. Especialmente Cradock y Harrison. El concierto alternaba temas de su discografía clásica (sin apenas revisitaciones de sus discos menores) con temas del nuevo disco que presentaban, que por cierto, no sonaban nada mal. Por supuesto, nada que ver con sus canciones clásicas, pero bastante bien. Me parecieron bastante viejunos, los años no pasan en balde y, por ejemplo, Simon Fowler cuenta con 45 añazos encima. Y no obstante, demostrando maestría. Y sí, reconozco que hubieron momentos muy emocionantes, especialmente en sus repasos a temas quizás no tan obvios de sus dos primeros álbumes.

Pero para cortar con el tema de la emoción estaba el público VIP de los reservados, para no juntarse con la chusma, la multitud de guiris súbditos de la reina Isabel II, esa barra en medio del local para inpedir toda visibilidad y ese Hard Rock Cafe que pese a tener memorabilia rockera muy jugosa, lo presenta todo tan bonito, tan pijín, tan artificial y tan inmaculado que parece que de rock sólo tiene el nombre del local. Total, que uno no podía evitar tener un poco esa sensación de ¿qué diablos hago aquí?.

Y para acabar, un cariñoso saludo a la joven inglesa que tenía detrás mío y que entre canción y canción se dedicó a gritar "Simoooooooooonnnn ..." como si la estuvieran haciendo cosas muy malitas. Espero que tu garganta haya reventado. Un beso.

Canciones:

OCS: "Fleeting Mind"
OCS: "Traveller's Tune"
OCS: "40 Past Midnight"

lunes, 22 de marzo de 2010

Kar, la pasión turca o el expreso de medianoche

Me estabais echando de menos... lo sé... hermanos y hermanas, si yo os contara... que la vida da más vueltas que un vinilo de 7 pulgadas. Y como quiera que poco, o muy poco puedo hacer, volvamos a lo que sí sé, ejercer de juntaletras amateur, viajero forzado y turista ocasional.

Ahhh, Estambul, crisol de culturas, puerta de Europa, Asia a un lado, al otro el Mediterráneo, a mis pies el imperio otomano y más abajo Constantinopla. Y allí me fuí, el día que cayó la mayor nevada que mis ojos han visto en mi ciudad, conurbación o lo que sea, haciendo, una vez más, alarde de u n sentido de la oportunidad que para sí quisieran muchos. Como viene siendo costumbre, nos ahorraremos detalles desagradables, así que mejor nadie me pregunte por las razones que me llevaron a Turquía, por primera vez en mi vida.

Claro, cuando tu vuelo sale con tres horas de retraso, y con la que cayó, todavía podemos dar gracias de que saliera finalmente, sabes que la cosa no va a ser sencilla. Acaso alguna vez las cosas son sencillas? Aterrizaba en Estambul a las doce menos cuarto de la noche, y tras el trámite aduanero, que consistió en pagar 15€ por un "visado" (¿alguna vez os habéis sentido engañados?) y una cola indecente, oía cómo la megafonía del aeropuerto me reclamaba hacia el mostrador de información. A ver, cuando dicen tu nombre en un aeropuerto turco a las doce menos algo de la noche, quieras que no, da mal rollo. Luego recordé que mi contacto me prometió que me recogerían en el aeropuerto, aunque no me dieron dato alguno de quién o qué me iba a recoger, y con mi retraso (horario), y al no recibir pensé que habrían pasado de mí. Pero no, resulta que había una persona esperándome, con un cartelito con mi nombre. Un chico joven que, como luego vería que era la tónica general, su inglés se reducía a hello, y poquita cosa más. Me metí en su coche, y luego descubrí que no era un taxista ni un profesional del ramo: era un pobre pringado de la empresa a la que iba a visitar al día siguiente que por alguna razón que desconozco le tocó joderse la noche y llevarme al hotel. La conversación no podía ser menos fluída, imaginad cuando estáis hablando con alguien que quiere decirte algo por cortesía y le sale una frase en inglés que sería algo así como "vuelo irá qué tal tuyo?". Ay, el doctor Zamenhoff, qué gran visionario era. No sin dificultad, me deja en el hotel y me dice que me recogerá a las 10. Me parece extremadamente tarde, pero diablos, también era muy tarde cuando llegaba a la ciudad, así que no puse pega alguna.

A las 10 no había nadie, y comenzaba a dudar de que me hubiera entendido con mi amigo el turco políglota. Pero por lo menos apareció a las 10'20. El mismo tipo de ayer. La conversación, obviamente, era nula, y la situación algo tensa, imaginad que estáis en un coche con alguien que tiene el detalle (aunque le obligaran sus jefes) de llevarte y con el que no puedes ni hablar del tiempo.

Primeras impresiones de Estambul: una ciudad con un tráfico infame. Los carriles no son los que están pintados, sino que depende del número de coches que quepan. Los peatones cruzan indiscriminadamente las calles. Los intermitentes, claro, están de adorno, y ni incluso el cláxon usan... se supone que ya están acostumbrados. Pero yo he de reconocer que temí por mi integridad. Por otra parte, Estambul, callejeando, me recordaba a las zonas cutres de mi barrio de Barcelona, pre-Juegos Olímpicos. Moderna, pero cutre.

Llegamos a la empresa, y mi contacto al menos sí que habla inglés. Me lleva a su oficina y me ofrece un té. Yo ya estaba de los nervios, diez y media largas y el tipo se entretiene con tés y chorradas. Pero hay que reconocer que su ritmo es diferente. Todos lo asumen, y por lo tanto, no hay problema alguno. Era yo el que tenía problemas, pero esa es otra historia. La cosa, sorprendentemente, va mucho mejor de lo que pensaba, y ellos amablemente se ofrecen a llevarme a cenar, dos de los pocos con los que podía hablar un inglés razonable. En estas situaciones, lo reconozco, soy bastante rancio, y nunca me apetece ir a esta clase de historias sociabilizadoras. Por desgracia, casi nunca te puedes negar.

Estambul tiene un tráfico de mierda también por la tarde, y si alguien pensaba que en marzo en Estambul hace buen tiempo, se equivoca, lluvia, frío y un clima, en general, de mierda. La cena, sin embargo, está bien, me llevan a un bar restaurante majo, un rollo muy occidental en una parte de la ciudad que pasaría por totalmente europea. Esa parece ser una pequeña obsesión del turco, por lo menos de los que conocí: ellos, a pesar de ser mayoritariamente musulmanes, no tienen nada que ver con el islam radical o extremista, ni siquiera con el islam como forma de vida como en Pakistán o el Magreb. Y se consideran plenamente europeos. Insisten en cosas como que hace una semana con fin de semana sábado-domingo, como en Europa, y sí, puedes oír de fondo, a media mañana, llamada a la oración por parte del muecín y puedes ver algún que otro pañuelo cubriendo algunas mujeres, pero también puedes ver a chicas vestidas y pintadas como en Barcelona, a mujeres trabajando normalmente y ellos mismos dieron, conmigo, buena cuenta de varias cervezas con alcohol. Por cierto, una cosa me hizo gracia, la cerveza local es la Efes Pilsen, nombre que yo siempre había asociado al mítico equipo de basket de Estambul, y nunca me había parado a pensar que era una marca comercial. La cena, por cierto, delicatessen típicas de varios tipos de carnes, deliciosa. Y el café, pues no me gustó tanto como decían.

Al día siguiente, me dijeron que me recogían... una vez más, a las 10. En fin, para qué iba a discutirme. La faena estaba casi completada, y el día fue bastante perdido. El día anterior les había dicho que esa tarde quería hacer algo de turismo, ver Santa Sofía, y esas cosas típicas, en la medida de lo posible. Pues por la tarde plegamos antes y se empeñaron en llevarme a hacer una pequeña tournée turística. Por más que les dije que no hacía falta, que me apañaba bien solo, no aceptaron un no. Y sí, lo habéis adivinado: prefería irme solo y a mi aire. Pero hay que reconocer que eran unos anfitriones estupendos.

De modo que tragando una vez más tráfico horroroso, lo cuál era ya un clásico, me llevaron a la antigua Basílica de Santa Sofía, más tarde mezquita y ahora simplemente museo. Estaba cerrado, y por fuera no me impresionó tanto. Pero justo enfrente estaba la Mezquita Azul, y eso sí me impresionó. Realmente preciosa. Y estaba abierta, así que entramos. Nunca había entrado en una mezquita, y mi acompañante se dedicó a explicarme los usos y costumbres del musulmán, lo cuál estuvo curioso. El lugar ciertamente impresiona. Una vez fuera, había anochecido ya, y aunque no llovía, hacía un frío del carajo. Pese a ello, insistieron en llevarme a cenar. Y lo reconozco, ahí sí que estuve a punto de mandarles a tomar por saco, lo último que me apetecía, tras el día trabajando (bueno, más o menos) y las visitas, y el frío, era otra cena formal. Cómo negarse, no obstante? El día que aprenda a negarme me ganaré muchas enemistades pero me comeré menos marrones.

Se empeñaron en llevarme a un restaurante frente al Bósforo, recorriendo la zona portuaria. Pero amigos, esa noche jugaba el Besiktas, y pasábamos frente al estadio, así que tardamos nada menos que hora y media en llegar al restaurante. La cena no vue tan buena como la de la noche anterior, pero no me puedo quejar. Por lo menos no, en ese sentido. Aquella mañana habíamos comido en un centro comercial (ojo al dato, detector de metales al salir del parking, para acceder al centro), bastante bien para ser lo que era. La verdad es que a nivel de comidas, probé platos locales y me gustaron casi todos.

Y así concluía mi estancia en Turquía. A la mañana siguiente tocaba madrugón para coger el avión, y por lo menos pude dormir todo el vuelo de vuelta. Para concluir, explicaré que al salir, y por primera vez en muchos años, una guardia civil me pidió que abriera la maleta. Así que nada, la puse sobre la mesa y le quité el candado. El caso es que llevaba una maleta clásica trolley, y en la parte que se abre, sabemos que suelen tener un compartimento, y allí hablía dejado la ropa interior sucia. Pero no había cerrado bien la cremallera, de modo que al abrir la maleta, y por los meneos sufridos en el avión, supongo, salieron disparados los calzoncillos del día anterior. No pude más que forzar una sonrisilla estúpida y devolverlos a su sitio. Definitivamente, la agente no quiso remover entre mis calzoncillos y calcetines sucios, lo cuál yo y mi dignidad se lo agradecemos.

Y con este capítulo que aporta el toque de glamour (ya sabéis, soy un tipo con clase), me despido... hasta pronto. Espero.

Canciones.

Fun Lovin' Criminals: "Classic Fantastic"
Bob Dylan: "Maggie's Farm"
Iggy Pop: "Success"

jueves, 4 de marzo de 2010

31 Songs - Kar: Light My Fire

ESTO SE LO ESTOY COPIANDO A ERIC WAITS, QUIEN A SU VEZ LO COPIÓ DEL LIBRO DE NICK HORNBY, QUIEN, POSIBLEMENTE, TAMBIÉN LO ESTUVIERA COPIANDO A ALGUIEN: VIVA LA ORIGINALIDAD EN INTERNET.
EN FIN, NO SON LAS CANCIONES QUE MÁS ME GUSTAN, NI TAMPOCO LAS QUE MÁS ME HAN MARCADO EN MI VIDA, PERO DESDE LUEGO, TODAS ELLAS HAN SIGNIFICADO ALGO.

Esta canción la descubrí cuando tendría unos once años. Eso lo puedo imaginar, principalmente por las circunstancias, y porque en esa época se había estrenado la película de The Doors de Oliver Stone, y de repente, podías ver a Jim Morrison en la tele y sus canciones volvían a sonar en la radio como si de novedades se tratara.

Sucedió una noche, probablemente sería verano, y andaba trasteando con un radiocassette que me habían regalado. Me dedicaba a escuchar canciones de la radio, con el dedo preparado en el botón de REC, para grabarlas en mi cinta particular. Eso suena hoy en día a la prehistoria, y no hace todavía 20 años. Qué mala es la edad.

Seguramente ya había escuchado esa canción, creo recordar que por aquél entonces se pasaba un videoclip de Light My Fire por la tele, con Val Kilmer haciendo de Morrison. Aunque también podría ser Break On Through... no sé. En fin, lo supongo, porque si no, no sé qué extraño mecanismo me llevaría a pulsar el dichoso botón de REC. Por aquél entonces me estaba comenzando a interesar por el rock, pero de una manera muy superficial. Así que a no ser que cuando el locutor mencionara a The Doors, o bien recordara la canción, o bien pensara que era otra...

Por supuesto, el locutor todavía estaba hablando cuando comenzó a sonar el tema, así que tuve que sacrificar unos segundos. Y también, por supuesto, en la radio pincharon la versión corta del tema, la versión que la discográfica Elektra recortó a una duración que encajara con los singles del mercado de entonces, y pudiera vender. Dicho de otro modo, durante varios años, para mí, Light My Fire no tenía esa caracterísitica intro de teclado, para mí empezaba directamente con un redoble y con Morrison cantando "You know that it would be untrue", y por supuesto, tampoco tenía ese pretencioso y larguísimo solo central. Y qué más me daba: me encantaba así.



Esa canción me lleva a varios años más tarde, cuando tendría unos 17 años y comencé a trabajar haciendo algunas cosillas mientras estudiaba, sobretodo dando clases particulares. Algún día, queridos y queridas, os tendría que hablar de ello. Pero no hoy. El caso es que por aquel entonces de repente me sacaba a la semana lo que me parecía, dada mi miserable economía estudiantil en la que me había movido desde hacía demasiado, una pequeña fortuna, toda mía, que gastar en caprichos. Y uno de ellos fue un doble CD recopilatorio "The Best Of The Doors". El contenido no era muy original, los típicos clásicos de la banda. Pero cuando llegué a Light My Fire... oh, sorpresa... duración de la pista, 7:05... no puede ser, pensaba yo. Mi Light My Fire era una cancioncita corta de 3 minutos. Se habrán equivocado. Pulso el play, y de entrada me topo con la intro, pero el shock vino cuando me encontré con los 4 minutos de solo de órgano centrales. Y he de reconocerlo, al principio no me gustó. Prefería la versión mutilada.

Ya lo veis, cosas de la costumbre. La de veces que había escuchado esa cinta roñosa. Qué más había en esa cinta? Así, a bote pronto, recuerdo algo de U2, el 7 Seconds de Yossou N'Dur y algo de un raperillo español de lo que no quiero acordarme. No me culpéis, tenía sólo 11 años. Ahora acabo de escuchar la versión corta tras muchísimo tiempo y me suena extraña. Será eso, la costumbre.


lunes, 1 de marzo de 2010

Leonardo Di Caprio

Hay una norma no escrita que dice que ningún hombre puede reconocer la belleza de otro hombre sin poner en grave riesgo su virilidad. Y otra, además, que obliga a todo hombre cuya virilidad está donde debería estar, a criticar los actos y trabajos de un hombre guapo y deseado por las mujeres. Pocos se salvan de esta criba. Vivimos en una sociedad totalmente influenciada por la imagen, esa es una realidad, aunque probablemente poco políticamente correcta y seguramente avergonzante. Pero real, no obstante. Desde muy pequeños, los héroes y heroínas son hombres y mujeres de rasgos perfectos, en unos cánones de belleza determinados, mientras que los que se salían de ellos, eran vagos, ruínes, taimados o, directamente, malos.

Y qué tendrá que ver Leonardo Di Caprio en todo esto, se preguntará el lector... pues bastante más de lo que pudiera parecer. Preguntad, preguntad por ahí, al público cinéfilo masculino, cuál es su opinión sobre la carrera de Leonardo Di Caprio... la cosa se moverá entre la crítica más cruel ("es un soso", "es un mariquita", "es una mierda de actor") y la más velada ("es un actor mediocre" o "no es tan buen actor"). Pero, ah, amigos, y si en lugar de tratarse de Leonardo Di Caprio, se tratara de Philip Seimour Hofman, quien hubiera protagonizado Infiltrados o Vida De Este Chico? Ok, probablemente el ejemplo sea complicado, Philip Seimour Hofman es un actor maravilloso y Di Caprio es un actor solvente con algunos buenos momentos. Pero imaginemos ese caso... seguramente esas interpretaciones serían vistas con mejores ojos.

Porque a Leonardo Di Caprio no se le perdona que se convirtiera en una foto de carpeta de quinceañera, con todo mi cariño a las quinceañeras, que habría alguna que luciera otra clase de fotos en la carpeta, aunque no sería algo común. Claro está, no obstante, que Di Caprio también se aprovechó de la situación y de ese físico suyo que agradaba al público como imagen icónica. Y sin embargo, un tipo a quien Scorsese ha escogido para protagonizar ya van 4 películas, merece mi respeto.

Será un plagio de una cinta taiwanesa, peroooo... peliculón!!!

Y es que sin ser un actor de interpretaciones excelentes, en su filmografía hay algunos momentos muy interesantes, y también alguna interpretación destacable. La mencionada "Vida De Este Chico", en la que daba réplica a Robert De Niro, quien a su vez cercano a comenzar una decadencia interpretativa, es un buen ejemplo. En "¿A quien ama Gilbert Grape?" se llevó muchos elogios, pero ya se sabe que en el cine americano, interpretar algún tipo de deficiencia mental es un buen atajo para candidaturas a premios. De "Diario de un Rebelde" ya hablé en su momento, y "Romeo + Juliet" de Baz Luhrmann me pareció una película estéticamente impecable, más interesante de lo que pudiera creerse a priori.

"Titanic" (1997) supuso la consagración de Leonardo Di Caprio como el Take That del cine, en una película, la de James Cameron, aceptable hasta que las agujas del reloj giran y giran y el dichoso barco aún sigue en la superficie. A partir de ese punto, hubo una inflexión en su carrera, apareciendo más como famosete que como actor. A pesar de ello, tiene un papelito curiosamente autoparódico en "Celebrity" de Woody Allen (cinta que me gustó bastante) y un protagonista en una de esas pelis que estaban llamadas a ser taquillazo y cinta de moda, y que pese a esa repelente aureola, tambén me gustó: "La Playa", de Danny Boyle, en su primera película tras el exitazo de "Trainspotting".

A partir de 2002, sin embargo, muy pocos tropezones encontramos en su carrera: comienza su relación con Scorsese en la irregular "Gangs Of New York", en la que sale, no obstante, bien parado, y rueda el mejor Spielberg en años, "Atrápame si puedes". Y luego, dos veces más con Scorsese, la flojita "El Aviador" y la maravillosa "Infiltrados", seguramente la mejor película que Di Caprio haya rodado nunca, y también la mejor película de Martin Scorsese dese "Casino" (1995). "Diamante de Sangre", "Red de Mentiras", "Revolutionary Road", todas ellas películas interesantes, hasta llegar a su última colaboración con Scorsese, "Shutter Island", que no he visto todavía, pero que tengo ganas. Es decir, si repasamos la filmografía de Leonardo Di Caprio, apenas hay películas de esas que mejor ni siquiera verlas, lo cuál indica que el tipo sabe escoger bien.

Así, la reducción simplista de Leonardo Di Caprio como actorcete guapo pero insulso para películas enfocadas al público femenino está fuera de lugar. No me parece una personalidad especialmente interesante del mundo del cine, ni tampoco un monstruo de la actuación, pero sí sabe escoger los guiones, o tiene mucha suerte con ellos, me da igual, y sí es capaz de ofrecer buenas actuaciones. Al final, es actor fetiche de Scorsese, y podemos considerar que Scorsese sabe algo de cine, ¿no?

Canciones:

Manic Street Preachers: "Your love alone is not enough"
The Killers: "This is the world that we live in"
Aerosmith: "Seasos of wither"

jueves, 25 de febrero de 2010

Amazing

No es que quiera ponerme en plan pesadito, pero lo cierto es que ya avisé, una excusa de mierda como otra cualquiera, pero ya lo avisé. Es como si digo "voy a pegarte una colleja" y cuando te suelto la hostia, no puedes enfadarte, porque ya te avisé... en fin, ya el caso es que ya os avisé de que estaba pasando por una fase Aerosmith muy acusada, y aún a riesgo de que ciertos fans cerriles me tachen poco menos que de hereje, no puedo evitar recordar esos videoclips que grabaron para los singles de "Get A Grip", disco con el que yo, y millones de chavales europeos descubrimos a Aerosmith. Porque sí, antes la MTV había machacado el tema con Run DMC, pero quién tenía MTV a finales de los 80's?

Porque queridos, ese disco vendió más de 20 millones de copias. Los datos no son fiables, cosas de internet, algunos dicen 20, otros dicen 20... pero sólo en USA, llegando a los 26 millones en todo el mundo, otros hablan incluso de 40 millones. Qué más da, el caso es que vendieron una cantidad brutal de copias, lo cuál no es significativo de calidad, claro, pero sí de popularidad: en 1993, año de publicación del disco, ni siquiera el grunge pudo con ellos.

Claro que las cosas como son, gran parte de su popularidad se debe a esos videoclips, por aquél entonces innovadores a nivel estético y técnico, y que sirvieron para popularizar a Alicia Silverstone y a Liv Tyler.

Ahhh, Alicia Silverstone, qué guapa estaba en esos vídeos de Aerosmith. Cómo se podía ser un chavalín y no enamorarse de esa chica???

"Amazing" fue el 4º single de ese disco, tras "Livin' on the Edge", "Eat the Rich" y "Crying", y es una canción compuesta por Steven Tyler y Richie Supa, que era uno de esos compositores profesionales con los que trabajó Aerosmith a partir de los 80's, con la salvedad de que Supa era amigo de la banda desde los primeros tiempos. Un tema extraño en Aerosmith, una balada atípica, con esas cuerdas sintetizadas. Pero veamos el vídeo, y luego seguimos hablando:



Cómo no iba ese vídeo a enganchar al adolescente Kar??? Si era su sueño, y el de casi cualquier zagal de su edad. Soy un chico freak, feote y desastrado, que me arrastro por mi habitación llena de inmundicia, pero amigos, tengo un as en la manga... gracias a mi aplicación informática (ah, porque no os lo había dicho, además soy un geniecillo en potencia, lo que pasa es que sólo lo aplico para cosas raritas) puedo elegir a la preciosidad despechada del vídeo de Aerosmith y embarcarme en una fantasía de chico-conoce-a-chica-tía-buenorra-la-vacila-y-se-la-liga-demostrando-lo-molón-que-es.

Tomemos una imagen guapa, para empezar, fuera ese grano asqueroso... y esas chollas, probemos con un peinado modernito... hummm... gafas de sol, claro, y una moto: nada les pone más que una buena moto y una chupa bonita.

"Yeah, it's amazing... and I'm sayin' a prayer for the desperate hearts tonight", canta Tyler, y bien, yo soy uno de esos corazones desesperados. Entiéndase corazón como un eufemismo romántico para referirnos a una líbido sobresaturada de hormonas revolucionadas.

"Life's a journey, not a destination"... sí, un poco de positivismo siempre va bien para el adolescente, lleno de dudas, contradicciones, ansiedades y bajones... un poco como tener 30 años, pero con granos.

Y allí estoy yo, con mi moto, y allí está ella, tirada en una polvorienta cuneta, pero dejemos el polvo para luego y súbete a la moto, guapa. Es más, es mi fantasía virtual, y aunque Alicia está muy guapa con tejanos y la camisa de leñador anudada a la cintura, por qué no probar con un vestidito y unas botas?

Evidentemente, tan sólo unos segundos hacen falta para que se derrita y se lance a besarme como si le fuera la vida en ello. Y como soy el motero más chulo de mi barrio, me enrollo con la Silverstone mientras conduzco, chúpate esa, Dirección General de Tráfico. Y como ya está a mis pies, aunque me quedo sin gasolina, ya no importa, hacemos autostop y nos recoge una avioneta, antes muerto que sencillo.

Al final, siguiendo con ese mensaje positivista, resulta que también ella está fantaseando conmigo, es en plan, tranquilo, chaval, que probablemente también esa chica que te gusta también está pensando en ti, pero es demasiado tímida como para decírtelo. A los Aerosmith, Dios les perdona las mentiras.

En fin, lástima que los sueños, sueños son, y las fantasías podían ser virtuales, como en el videoclip, o fantasías corrientes y molientes como las que tenía yo, que me funcionaban bien, aunque diablos, hubiera matado por tener esa dichosa aplicación informática.

Canciones:

Aerosmith: "Amazing"
Fundación Tony Manero: "Supersexy girl"
Chris Isaak: "Solitary Man"