sábado, 30 de mayo de 2009

Australia

Ya sé que dije en la última ocasión que me puse delante del teclado que dejaría de hablar de mis viajes, y que intentaría que el que suscribe, el bueno de Kar, dejara de tener el protagonismo de este blog, por lo menos durante unas próximas entradas. Ya lo sé. Pero diablos, uno no viaja a Australia todos los días!!

Las circunstancias del viaje, os las podéis imaginar, lamentables condiciones de trabajo que me impidieron disfrutar de mi experiencia australiana como debiera, lo cual, si lo pienso fríamente, y considerando que tal vez no vuelva a ese lugar jamás, quieras que no, jode. Por lo tanto, olvidaos de crónicas pormenorizadas acerca del lugar y de los 10 días que allí pasé. Lo que hay es una corta entrada, porque ya dije en una ocasión, cuando uno va de viaje por trabajo, lo más probable es que acabe conociendo y viviendo solamente el hotel, el aeropuerto, y el lugar de trabajo. Y eso, creedme, es igual en todo el mundo.

Así que para Australia partí, en un vuelo Barcelona-Singapur, Singapur-Melbourne. No os vayáis a pensar, no estaba, lamentablemente, en Melbourne, sino en lo que ellos llaman “the suburbs”, que traducido literalmente podría sonar despectivo, pero que es el calificativo que dan a los pueblos/ciudades alrededor de la gran urbe que es Melbourne.

La primera sensación es que el país es una extraña mezcla entra la tradición británica más rancia (comenzando por la manera de conducir y siguiendo por costumbres referentes a los hábitos de comidas, por los clásicos pubs, etc…) junto con una estructura muy parecida a los USA, por la distribución de los edificios y las calles en las ciudades, y por ser, como en América, un territorio de vastas extensiones de terreno, donde todo se construye a lo ancho, no a lo alto.

Mis contactos allí son irlandeses y británicos, principalmente, que llevan más o menos tiempo viviendo en Australia. Teniendo en cuenta también la ingente cantidad de personas originarias de Asia, uno se pregunta si es que nadie ha nacido allí. Lo cierto es que no mucha gente. Entre el final de la 2ª Guerra Mundial y hasta mediados de los 70’s, el gobierno Australiano ponía muchas facilidades para la inmigración. De hecho, siendo inglés o irlandés, con sólo acercarse a la embajada, ya podían pedir un pasaporte australiano. Todo ello ha cambiado radicalmente, y hoy en día es un país muy complicado para pedir un permiso de residencia.

Es Skippy?? No, es sólo un wallaby

Lo primero que se le viene a uno a la cabeza al pensar en Australia son, obviamente, los eternos tópicos. Canguros, Cocodrilo Dundee, Foster’s, AC/DC, aborígenes y saber si los desagües hacen girar el agua hacia el lado contrario que en el hemisferio norte. Los de Angus Young estaban anunciados por todo Melbourne, pero a decir verdad, Melbourne me pareció una ciudad con mucha vida nocturna, de modo que tampoco era que destacasen especialmente. Y los aborígenes, amigos, son considerados como una especie de subraza, como una especie de parásitos del gobierno. Esa es la sensación que me dio. Un poco, y salvando las muchísimas distancias habidas y por haber, me recordaba a los tópicos que se pueden oír en cada esquina de nuestras calles sobre los gitanos. En cuanto a la Foster’s, la verdad es que ni la ví por ningún lado. Abundaban más cervezas como la Carlton, que ciertamente se parecen bastante más a las cervezas españolas que a las británicas. Y sí, se sirven exclusivamente frías.

En cuanto a canguros y cocodrilos, no los ví. Los segundos están casi exclusivamente en el norte del continente, y no quise hacerles la broma sobre el personaje de Paul Hogan. En cuanto a los canguros, por lo que me dijeron, es bastante fácil verlos, una vez se sale de las urbes. Verlos no los ví, pero sí los probé. Me llevaron a un restaurante para probar todas las delicatessen autóctonas, a saber, canguro, cocodrilo y emú. Mientras que el emú me pareció seco y el cocodrilo no me entusiasmó, probablemente demasiado especiado, el canguro está muy bueno, especialmente un tipo de canguro más pequeño que ellos llaman wallaby.

Eso en un lugar muy céntrico de Melbourne, una ciudad con un downtown muy parecido a las ciudades del este de USA, y donde los tranvías funcionan estupendamente. Me empeñé en coger transporte público, ya que creo que es la manera de mezclarte un poco con la gente y por lo menos, poder llegar a tener un poco el pulso del país. Y sí, a diferencia de USA, aquí hay máquinas expendedoras en los convoyes y que dan cambio, ya sea de esas enormes monedas con el reverso luciendo la cara de la reina Isabel II (ojito, la jefa de estado, aún 300 años más tarde del capitán Cook), o con esos billetes que son de plástico. Si, sí, de plástico, unos billetes que te puedes dejar en el bolsillo de los pantalones, meterlos en la lavadora… y no les pasa absolutamente nada. Estos australianos, es que están en todo.

El sábado por la mañana fue el único momento de tranquilidad que tuve, como para dar un paseo por el centro de Melbourne. Y allí pude comprobar, una vez más, como en Australia, por lo menos en el estado de Victoria, lo que mueve al pueblo es el fútbol australiano. Una curiosa mezcla entre rugby, fútbol (soccer) y fútbol americano, allí levanta tantas pasiones como aquí la Liga BBVA. Estuve viendo un partido en un pub, y no sé si fueron las cervezas, pero creo que llegué a entender el juego. Y si no, cuanto menos, lo pasé bien.

Azafata de Singapore Airlines

Al día siguiente me esperaba un horrorosamente largo vuelo de retorno, con Singapore Airlines y sus guapísimas azafatas, todas orientales, todas uniformadas con una suerte de vestido-sari, maquilladas a la perfección aún tras diecimuchas horas de vuelo, y luciendo pelo recogido en moño. Qué? Viajad tantas horas enlatados en un avión y luego me decís en qué os fijábais.

PD: lo de los desagües es un mito urbano... giran exactamente igual que en el hemisferio norte. Palabra de freak, que se estuvo fijando.


Canciones:

Pearl Jam: “Yellow Leadbetter”
The Darkness: “Stuck in a Rut”
Héroes del Silencio: “No Más Lágrimas”

domingo, 3 de mayo de 2009

Lo mejor de la semana. Semana 7.

Lo que debería haber sido una idea con periodicidad semanal, este ranking dominguero (que no dominical), últimamente está convirtiéndose en algo esporádico. Podría prometer una vez más enmendar mi ausencia al teclado, podría decir que a partir de ahora será a cita diaria. O casi. No lo voy a hacer, por lo menos no una vez más. Esto aparecerá cuando toque. Simple y llanamente. Por lo demás, tengo algunos proyectos en mente para este, vuestro blog, que a su debido tiempo irán apareciendo por aquí. A priori, no incluyen relatar más viajes, no porque no los tenga, sino porque no. Y cuando digo no, es no. Bueno, a veces. Dicho lo cuál, pasemos al top 3 de la semana:

3.- Facebook: Ok, tal vez sea un fashion victim, un tipo maleable e influenciable, o tan tonto como para dejar al descubierto mi vida para ser pasto de esas fieras inmundas que son las grandes corporaciones y que controlan algo tan inocente y bonico como el interné. Tal vez no. Qué puedo decir, a pesar de sus innumerables estupideces, a pesar de las fotos absurdas, de los comentarios vacíos, del sentimiento de ciberchafardería, del hazte fan (de cagar sentado, de respirar, de la gripe porcina,...) y de los tests en plan "qué sabor de sugus eres?"... USO FACEBOOK Y ME GUSTA. He dicho. Y tengo que decir que estando fuera, tiene su gracia poder intercambiar mensajes con los tuyos.

2.- "Cosas que hacen BUM" : Ya os habé de él, Kiko Amat, autor de la novela "Rompepistas". Pues sí, tanto me gustó que me hice con este, su segundo libro. Y también me ha gustado. No me ha parecido tan redondo como "Rompepistas", tampoco tan obvio: "Cosas que hacen BUM" es más rebuscado, lo cuál está bien, para no caer en demasiado tópico. Una vez más, las referencias musicales y en general, de cultura pop, están logradas y bien encajadas. Estoy incluso pensando en hacerme con su novela debut. No te digo ná y te lo digo tó. Por cierto, Kiko Amat, NDK y su autor y gurú espiritual, es decir, yo, aceptamos cualquier donativo por la publicidad, a priori, gratuita. Piensa que tengo a 200 monos amaestrados escribiendo estas líneas, y los cabrones encima quieren que les dé de comer... no gano para bananas y cacahuetes!!!

1.- "Wrong" : Menudo pedazo de primer single que han despachado Depeche Mode!! Inquietante, cadencioso, supurando rock pero con esa frialdad electrónica que nunca han dejado de tener. No sé cómo será su disco, pero es curioso cómo mi relación con Depeche Mode ha pasado del odio hacia ellos en mi época más grunchi, a la admiración y a disfrutar de sus recopilatorios como un puerco desde hace unos años. Cualquier día de estos me meteré a fondo en su discografía. Aisss, con lo que yo rajé de Depeche Mode allá por 1995, o algo así. Y ya lo veis, hoy coronan mi particular trilogía semanal. Vivir para ver.

Canciones:

Blur: "Beetlebum"

Chris Isaak: "Mr. Lucky"

Chet Baker: "My funny Valentine"

sábado, 2 de mayo de 2009

Kar USA Tour Spring '09: San Diego (y final)

La última parada de mi tournée americana está en San Diego, digamos, la última ciudad importante antes de la frontera con Mexico. De hecho, tampoco es San Diego, sino una ciudad residencial muy cercana llamada La Jolla. No, no es una falta de ortografía: lo escriben así. Y para ser sinceros, si relato esta última etapa, es más por coherencia y para explicar el final de mi gira americana que por el interés que pueda despertar esos cinco días que allí pasé.

Desprovisto de coche, estaba a la merced de taxistas que no tienen ni idea de cómo llegar a los sitios (es algo entre sorprendente e indignante... no me pasó con uno ni con dos: fueron todos los taxis que tomé) y el deficiente sistema de transporte público, autobuses en este caso, que hay en ese bendito país. No me extraña que expedan carnets de conducir con 16 años.

En contra de lo que pudiera parecer, en San Diego los negros no son, ni de largo, la minoría racial más extendida. Tampoco en el resto de California. En San Diego son especialmente abundantes los hispanos, por cuestiones lógicas de cercanía, y sobretodo los asiáticos: chinos, coreanos, japoneses y filipinos. Los trabajos en el sector servicios siguen siendo casi exclusividad de los hispanos. Yo, por mi parte, me quedé con las ganas de ver la frontera y de pasar a Tijuana, pero me recomendaron muy encarecidamente que no lo hiciera. Claro que luego me dijeron algo así como "bueno, quizás como tú hablas español...". Ok, gracias, como yo hablo español los cárteles mexicanos no se montarán un partidito de "soccer" con mi cabeza. Y yo que quería pasearme por ahí canturreando aquello de "South on the border, down Mexico way, that's where I fell in love...".

La temperatura de los tres primeros días era de unos axfisiantes 30-35ºC, pero de repente, el jueves cayó en picado. Y mi gran aventura era conseguir un sitio para cenar en el que no sirvieran pizzas, hamburguesas, tacos o chuletas. Nunca pensé que diría eso, yo, amante como soy de comer basura. Pero es que todo tiene su límite!!

Lo único interesante que hice fue tomar el autobús y acercarme una tarde a la playa. Las puestas de sol allí son bastante espectaculares, y me paré en una zona que despertó mi más ruín y absoluta envidia. Nada de pamplinas de "envidia sana" ni hostias. Un barrio al lado de la playa, compuesto a base de casas unifamiliares de madera (el material típico de construcción para las casas allí) con su jardincito y su valla, y todo ello pegado a una bonita playa. Y lo más extraño era que no parecía un barrio de especial lujo. Obviamente el hispano que limpiaba los wáteres del centro comercial no vivía allí, pero tampoco es que pareciera Beverly Hills.

Por la tarde, los surfers aprovechaban las últimas olas y grupos de chavales encendían hogueras en una especie de barbacoas de piedra habilitadas en la arena para ese propósito, lo cuál, no nos engañemos, por más bucólico que pueda parecer, creaba una humareda en toda la playa que para qué. Y una vez más, el ritual de arremangarme los pantalones y bajar a que las olas mojaran mis pies. Seguramente aquellas olas las había cabalgado Eddie Vedder en sus años mozos, antes de mudarse a Seattle. Aunque en aquella tarde, algo gris, lo que me venía a la cabeza era tararear el "'Til I Die" de Brian Wilson.

Y con esto, se acabó mi periplo estadounidense, con muchas ganas de volver a casa. Que hartito estaba ya de los Estados Unidos, por más que me guste el país. Qué importa. Al fin y al cabo, probablemente habrá un Kar USA Tour Summer '09. Pero de eso hablaremos otro día.

Canciones:

The Beach Boys: "'Til I Die"
The Four Tops: "Bernadette"
Depeche Mode: "Wrong"